Entrada dedicada a Victoria Padilla, feliz abuela de Estevo Xosé
Plaza de Sao Martinho de Anta con monumento a Miguel Torga. Los pueblos con memoria honran a quienes escriben sobre ellos
Supongo que habrá tantas razones como personas a la hora de explicar porqué se escribe. En mi caso, se debe a la necesidad de establecer un diálogo tanto con mis padres como con mis hijos. Esto ocurrió en un momento de mi vida en que tanto los unos como los otros estaban ausentes. Es como una necesidad de reexplicar o de revisitar temas de los que ya habíamos hablado, o dejar constancia de esos mismos temas para poder ser "hablados" más tarde con mis hijos. Posiblemente cuando yo ya no estuviese y ellos necesitasen hablar conmigo lo mismo que yo con mis padres.
Uno tiene una idea y quiere compartirla con aquellas personas que le han escuchado. Te escuchan tus padres que te ven crecer y te escuchan porque eso hacemos cuando somos buenos padres. Te escuchan tus hijos hasta los doce años en los que empiezan a prestar oidos a todo aquello que no tenga que ver con los padres. La dependencia de la infancia y la rebeldía de la adolescencia marca la manera en como los hijos escuchamos a nuestros progenitores.
Rosalía de Castro recuperó la escritura para el idioma gallego
Cuando va pasando el tiempo, ya de adultos, ese tiempo en el que parece que ya nada te sorprende, poco a poco te das cuenta de que nadie está interesado en lo que dices. En el caso de la literatura ¿Cómo competir con los grandes? Además, hoy en día las personas no leen libros. La inteligencia artificial va a hacerse cargo de crear muchos de los textos que vamos a leer en el futuro. Ante este panorama debemos de considerar por qué alguien ha de leer lo que escribamos. Es ahí donde la línea de tiempo y el territorio confluyen para iluminarnos un propósito de vida. ¿Cuántos escritores ha habido en Cuicas, en SantaOlalla, en O Porriño? Cuando dejamos que otros escriban por nosotros dejamos que los que nos precedieron pierdan sus voces.
Un texto tiene que ser muy muy muy bueno para que tenga el interés suficiente para llegar a lectores no solo de otras partes del mundo, de otras culturas. Es bueno cuando además llega a personas de un futuro por venir. Además de la calidad literaria o de la pertinencia del texto para las generaciones venideras hay otros factores que pueden hacer de un texto un referente valioso para las personas. No quizás para todas las personas, pero para personas de pueblos sin historia, o de una historia olvidada o deliveradamente silenciada. Mujeres, negros, culturas minoritarias.
Esto es lo que hizo la escritora gallega Rosalía de Castro en el siglo XIX cuando escribió en gallego, un idioma cuya escritura se prohibió desde los Reyes Católicos. El gallego es un idioma que surge del latín al mismo tiempo que el castellano, el astur-leonés, el aragonés o el catalán. Actualmente solo se hablan el gallego y su derivado el portugués, el bable, el castellano y el catalán. Quedan algunos idiomas derivados del latín muy minoritarios como el aranés en Cataluña y el mirandés en Portugal. Por tanto, Rosalía es una escritora clave en el "Rexurdimento", esto es, el movimiento del siglo XIX en el que intelectuales gallegos reclamaron poder desarrollar la cultura propia al mismo nivel que otras culturas. Hasta que Rosalía no plasma en "Cantares Gallegos" el habla popular en sus versos, el gallego se desarrollaba a nivel oral en historias, cantares y manifestaciones populares. El día de su publicación en Vigo el 17 de mayo de 1863 se celebra todos los años en Galicia como "Día das letras galegas".
Rosalía escribió y la voz del pueblo tomó de nuevo un sitio en la historia gracias a sus poemas y a los que vinieron después de ella. Y aunque las historias orales son realmente persistentes en el tiempo, como ocurre con relatos de aborígenes australianos o indígenas nortamericanos que tienen 10.000 y 14 años de antiguedad respectivamente, la posibilidad de escribir es una manera de fijar en el tiempo aquello que tiene una relevancia para el grupo, para la comunidad.
Rosalía, en su libro "En las orillas del Sar", en su poema
La palabra y la idea... Hay un abismo
Entre ambas cosas, orador sublime:
Si es que supiste amar, di: cuando amaste,
¿No es verdad, no es verdad que enmudeciste?
¿Cuando has aborrecido, no has guardado
Silencioso la hiél de tus rencores
En lo más hondo y escondido y negro
Que hallar puede en sí un hombre?
Un beso, una mirada,
Suavísimo lenguaje de los cielos;
Un puñal afilado, un golpe aleve,
Expresivo lenguaje del infierno.
Mas la palabra, en vano,
Cuando Noel odio o el amor llenan la vida,
Al convulsivo labio balbuciente
Se agolpa y precipita.
¡Qué ha de decir!; desventurada y muda,
De tan hondos, tan íntimos secretos,
La lengua humana, torpe, no traduce
El velado misterio.
Palpita el corazón enfermo y triste,
Languidece el espíritu, he aquí todo;
Después se rompe el frágil
Vaso, y la esencia elévase a lo ignoto.
Rosalía se hace eco de un tema que preocupó a su generación: la imposibilidad de expresar todo lo que se quiere decir. Al utilizar el gallego, Rosalía logró poder ir más allá de lo que se puede expresar bajo una lengua culta y dominante, logró captar un discurso oculto, el habla y el sentir de una cultura que se hacía sentir pero que carecía de relevancia social.
Tener memoria para tener un lugar en el mundo
En la novela "Sueñan los androides con ovejas mecánicas" de Phillip K. Dick, que dió lugar a la película Blade Runner, los androides anhelan tener memoria. En su proceso de humanización, la corporación que los diseña les dota de unas memorias prefabricadas. Tanto es el peso que tiene la memoria en la construcción del ser humano. No seríamos gallegos si Rosalía no pusiese en verso la añoranza que se siente cuando se pierde la tierra que sentimos como nuestra. Sus versos son una manera de reclamar un espacio en el mundo. Por eso los intelectuales del "Rexurdimento"como Castelao reclaman con su nuevo escudo de Galiza:
"Antes muertos que esclavos"
¿Cuáles son tus antepasados?
Como humanos somos el resultado de una expansión exponencial inversa que se refleja en este gráfico:
Gabriel García Márquez se dió cuenta de que a la cuarta generación todo se mezcla, especialmente si se trata de un pueblo pequeño. Contando la historia de Macondo logró contar la historia toda de la mayor parte de latinoamérica. Por esa razón contar la historia de un pueblo es contar la historia de todos.
Cualquier persona que se ocupe de la genealogía es consciente de que este árbol no se puede expandir hasta el infinito. Llega un momento en que hay muchos más antepasados que gente vivía en el pueblo de donde uno procede. ¿Cómo explicar esta contradicción? La consanguineidad, la reproducción entre individuos no muy separados genéticamente, es decir, primos, primos segundos... Esto se puede observar hoy en día cuando vamos a pueblos que están aislados geográficamente y vemos los apellidos de las personas del pueblo. Observaremos que hay un apellido mayoritario y que todos se llaman o Santos Santos o tienen algún apellido Santos de alguno de los dos apellidos.
¿Qué ocurre cuando alguien de los Andes venezolanos se casa con una persona afrocaribeña? ¿Y qué pasa cuando esa persona se casa con un gallego? Si de ese matrimonio nace un hijo, por ejemplo Estevo Xosé, y ese niño se cría en Madrid será casi en su mayor parte madrileño. Galicia le quedará lejos, lo mismo Caracas y Venezuela.
Para reconectar con nuestro pasado lo podremos hacer bien por regresar a aquellos lugares de donde se procede, bien por leer o escuchar historias de quienes nos han engendrado.
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