miércoles, 24 de septiembre de 2025

La bendición del reconocimiento

Las personas no somos personajes de Marvel, no somos superhéroes. Somos con nuestros más y nuestros menos. La edad de bronce, con sus guerras entre tribus colindantes, creó héroes como los que se reflejan en la Iliada y la Odisea. Afortunadamente la mayor parte de las religiones surgidas en esos tiempos están desaparecidas o superadas. La figura del héroe medieval se superó con el Quijote de Cervantes. La narrativa después del Quijote nos obliga a mirar a aquellas facetas de nosotros mismos con las que no nos reconocemos a priori. Jesús de Nazaret nos enseñó en las Bienaventuranzas que los que alcanzarían los cielos no serían superhéroes poderosos sino aquellos que tienen menos. 


El hombre de verdad implica un hombre de mentira

En la edad media existían las novelas de caballería, como por ejemplo, "La vida de Amadís de Gaula", el mejor caballero del mundo, que lucha en innumerables batallas y vive grandes aventuras por amor a la princesa Oriana. Este género tiene su continuidad hoy en día con las películas de Marvel, en donde los superhéroes se arriesgan por el amor cortés de su dama, además de luchar por el valor, la fama, y contra las fuerzas del mal y la traición. El hombre blandengue, el tímido, la persona amable, los perdedores... son personajes siempre personajes secundarios, débiles. Ningún espectador quiere reconocerse en ellos. No son un modelo a seguir.

Cervantes fue toda su vida un perdedor. Siempre que estuvo frente a la posibilidad de lograr un éxito eligió la peor de las opciones. Sin embargo, su novela, es el mayor logro de la cultura en castellano. Inaugura la novela moderna, sirve de inspiración para autores posteriores, les instiga a indagar en sus personajes más allá de lo superficial. Después del Quijote, la narrativa ya no vuelve a ser la misma. 

Lo mismo pasa con Jesucristo, cuando coge la religión de los judíos la transforma en una religión que va más allá de la obediencia para entender que nadie está libre de pecado y que el mandamiento más importante es la regla de oro de la ética: trata a los demás como quieres ser tratado. Por motivos étnicos muchos judíos permanecen leales a la religión primitiva. Una religión que los separa de los demás y les convence de su superioridad. No voy a criticar a las religiones, sin embargo creo que hay o que hubo religiones execrables, por ejemplo la de los antiguos vikingos o la de los aztecas. Afortunadamente, la religión de los amables, de los que pierden para no ofender, de la tolerancia, (siempre contemplando la mejor de sus versiones, porque hay otras versiones, mucho más frecuentes que ¡Vaya tela marinera!) borró esas religiones de la faz de la tierra. 

El hombre de verdad lleva consigo también al hombre de mentira. El autor, Cervantes, no podía expresarse de una manera honesta sino es a través de esa dualidad encarnada en el Quijote y Sancho Panza. Tenemos que estar locos para creer nuestras quimeras, y siendo exclusivamente personas prácticas como Sancho Panza, en nuestro interior está nuestro anhelo de que lo extraordinario ocurra, aunque sea de la mano de un viejo hidalgo loco de la Mancha.

No nos queda más remedio que darle la mano a quienes Jesucristo llamó bienaventurados, y reconocer que dentro de nosotros también hay partes de nosotros ocultas y que merecen la bendición del reconocimiento

miércoles, 17 de septiembre de 2025

Te libero de mí

 “Te libero de mí, de mis males, de mi mal genio, de los domingos por la tarde en donde nunca puedo más, del odio a mi cumpleaños, de no saber cómo hacer para regalarte algo que no pierdas. Te libero de mi desengaño, de tu karma, de mis novedades, de la contradicción que represento. Te libero de mis llamadas que te saben a autocompasión, de mis enredos, de mi cabello suelto, largo, sin peinar,. Te libero de mi consciencia , del desconcierto a fin de mes, de la caída, de la llegada, de mi huída inevitable. Te dejo libre para que me dejes, para que me veas de lejos y me quieras menos.”

― Mario Benedetti

En las relaciones entre individuos es fácil entrar en la vida de alguien. Tan fácil como salir. Entras con un pequeño gesto, un dedo que acaricia a través de un roto del pantalón. Sales después de decirle "chola" tras una discusión por teléfono. Claro que hubo coqueteo antes. Obvio que hubo muchas discusiones antes de la última. Pero lo cierto es que como entras sales. 

Entramos en la vida de alguien a través del sexo. Luego encontramos que existen una familia, unos amigos previos. Es el encuentro de las aguas, el río Negro y el Amazonas. Antiguamente, en las familias bien, se procuraba que los hijos de esas familias se criasen juntos, fuesen juntos a los mismos clubes e instituciones para que se mezclasen entre ellos. La iglesia era una buena consejera. Como institución que conocía los secretos del rebaño a través del sacramento de la confesión, se encargaba, con más o menos fortuna, que hubiese paz social en todos esos intercambios. Tu cuando estás allí, estás, pero no te enteras de que todo el pescado ya está vendido. Solo con la experiencia te das cuenta de que los problemas individuales, las cuitas son, y tienen su importancia y trascendencia, pero lo social también tiene sus actores. Los tiempos sociales son menos trepidantes, pero no por ello dejan de ser decisivos. 

Si todo parece trastocarse cuando las clases sociales se juntan, imagínate cuando se juntan los españoles católicos romanos con los indígenas de los Andes. 


lunes, 1 de septiembre de 2025

La dependencia no debe de basarse en negociaciones


Video 1. Avi Shlaim es un historiador israelí crítico con el sionismo. Nos dice que:  "En 1950, había 135.000 judíos en Irak, estaban integrados y no querían irse a Israel... en 1951, 5 bombas explotaron en locales judíos de Bagdad, las bombas fueron puestas por el Mossad para crear terror, y para 1952, ya solo quedaban 10.000 judíos en Irak". 

La externalización del terror es un mecanismo de cohesión social. Las normas morales también conviene que vengan de fuera, si es de algún evento fundacional o sagrado mejor. Al contrario que Stanford, creo que la externalización, que las normas vengan de afuera, no es por que faciliten la cooperación, sino porque mejoran la dependencia.

Cuando el terror, o las normas vienen de fuera facilitan su ejecución. No tienes que negociar. La dependencia al contrario que la competición, o el comercio, no debe de negociar. La dependencia se basa en la obediencia y la arbitrariedad. 
Fig. 1. Esta imagen bíblica resume el principio de obediencia y arbitrariedad.

Obediencia y arbitrariedad

Video 2. Funny guy! Goodfellas (subtitulado en español) Cuando eres temible no puedes permitir que un subordinado diga que eres gracioso. Muy coherente el personaje interpretado por Joe Pesci

La obediencia es siempre mayor cuando se basa en la arbitrariedad del poderoso. Por eso las normas morales conviene que vengan de fuera, si es de fuera de este mundo mejor. Cuanto más externas mejor, así no se necesita entrar en reclamaciones o negociaciones. El entrenamiento militar se basa en este principio. Si obedeces por que estás de acuerdo con las normas siempre cabe la posibilidad de que las desobedezcas el día en el que no estés de acuerdo con ellas. La lealtad es incondicional. La lealtad es la llave para pertenecer al grupo.

La estupidez es clave para pertenecer al grupo

La coerción se ejercer a través de una dependencia en la que el individuo pierde capacidades, se vuelve más estúpido, y solo es funcional en el grupo

En Dialéctica de la Ilustración, Theodor Adorno y Max Horkheimer denuncian cómo la cultura de masas y la racionalidad instrumental generan individuos funcionales pero acríticos, moldeados por el sistema para reproducirlo sin cuestionarlo. La dependencia del individuo al grupo o al sistema se traduce en alienación y pérdida de pensamiento autónomo.

Michel Foucault, en sus estudios sobre el poder y la biopolítica, muestra cómo las instituciones (escuela, hospital, prisión) ejercen coerción normalizadora, haciendo que el individuo se adapte a normas que lo vuelven funcional pero menos libre y menos capaz de pensar por sí mismo.

El pensador anarquista Ivan Illich en su libro La sociedad desescolarizada y Némesis médica, critica cómo las instituciones modernas generan dependencia artificial, debilitando las capacidades naturales del individuo, como aprender, sanar, decidir. Sostiene que el sistema educativo y médico infantiliza al sujeto, haciéndolo dependiente y menos competente.

Erich Fromm en El miedo a la libertad, analiza cómo el individuo moderno, ante la angustia de la libertad, prefiere someterse a estructuras autoritarias, perdiendo su capacidad de juicio y volviéndose funcional pero alienado.

Christopher Lasch en La cultura del narcisismo, sostiene que la sociedad contemporánea produce sujetos dependientes emocionalmente, incapaces de sostener vínculos profundos o pensamiento crítico, atrapados en una lógica de consumo y validación externa.

Algunos autores como Thomas Nagel y Mathias Risse han debatido que la cooperación social no es realmente voluntaria, sino que se basa en estructuras coercitivas que definen quién tiene poder y quién depende.

Sin embargo, propuestas para una nueva educación como la de Ivan Illich en donde el aprendizaje sea voluntario, autodirigido y basado en redes plantea un problema grave. Imaginemos niños pertenecientes a una secta... pongamos Escuela de Yoga de Buenos Aires o la iglesia La luz del Mundo... La asistencia de esos niños a escuelas estatales que no estén controladas por la secta es una manera de garantizar derechos y de liberar a estos niños de la alienación. 


El problema es Pochiclotchi

Las sociedades crearon monstruos a los que tener miedo. El miedo es un gran aglutinador social. Si ese monstruo se materializa en rituales en los que arrancas el corazón de la víctima propiciatoria, entonces construyes los cimientos de una pirámide social. Abajo el pueblo y arriba los gobernantes y sacerdotes gestionando el miedo.

Los españoles cuando llegaron a América no se dedicaron a exterminar indígenas. Fueron extremadamente diligentes exterminando, eso si, todas las estructuras sociales locales. De las religiones locales no queda ninguna. Me pareció muy provocadora e ingenua la pregunta de un mexicano "¿Y si volviésemos a nuestros antiguos dioses?"

Los dioses se pueden recuperar, pero para eso hace falta un reservorio. Estoy pensando en la reconquista española. El islam avanzó y muchas vírgenes se escondieron para que no cayesen en las manos de los invasores. Cuando se fue recobrando el territorio, las vírgenes aparecieron de sus escondites y se celebró cada una de estas apariciones como un milagro.

Cuando un dios desaparece del todo y los fieles los sustituyen por otros dioses, ¿Puede recuperarse su culto? Este fenómeno se llama reconstruccionismo religioso, y es parte del movimiento neopagano. Grupos modernos han revivido cultos antiguos como: Ásatrú: culto a los dioses nórdicos como Odín y Thor; helenismo: veneración de los dioses griegos como Zeus, Atenea o Apolo; kemetismo: retorno al culto de los dioses egipcios como Isis, Osiris y Ra o romuva y dievturība: religiones bálticas que reviven tradiciones precristianas. Pero este reconstruccionismo es algo más folclórico que real. La construcción de una religión es un proceso lineal. Siempre hay movimientos de recuperación del espíritu primitivo, pero no implica la desaparición o la recuperación de una religión olvidada.

Fig. 1. El dios azteca de la guerra y el sol es Huitzilopochtli. Su nombre significa "colibrí zurdo" o "colibrí del sur", y era una de las deidades más importantes para los mexicas. Se le asociaba con el sol, la guerra, el sacrificio y el poder, y era considerado el patrono de la ciudad de Tenochtitlán.

Pochiclotchi deja de ser ridículo cuando se alimenta de sangre inocente

Imaginémonos que un grupo de mexicanos numerosos se convirtiesen al culto de Huitzilopochtli ¿Tendrían que comenzar con sacrificios humanos?  Es ridículo. Lo que Israel está haciendo en Gaza son sacrificios humanos, como los aztecas. Lo hacen para que todo el mundo les odie y les tema y así poder unificar a su gente. Fuerzas a la gente a cometer atrocidades para que no puedan nunca abandonar su club y luchen con mucha más motivación contra el mundo que les odia.

Cuando aquellos dioses temibles desaparecen, desaparecen de los ritos, pero no de las tradiciones orales y poco a poco se van convirtiendo en personajes mitológicos.

Fig. 2. Este mapa, creado por Neil Parkinson de Púca Printhouse en 2023, muestra los monstruos de la mitología de la Península Ibérica.

Las religiones experimentan evolución. Una evolución que va de la mano de las sociedades que las crean. A medida que van las sociedades crean nuevos vínculos y estructuras sociales, las religiones van sintonizándose con los nuevos tiempos. Hay algunas religiones que al tener un carácter étnico se mantienen fieles a principios éticos y morales de textos sagrados fundacionales escritos por ejemplo en la edad de bronce. Esas religiones tratan de no evolucionar para preservar la unidad tribal.

Calle Topatauchi

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