lunes, 1 de septiembre de 2025

El problema es Pochiclotchi

Las sociedades crearon monstruos a los que tener miedo. El miedo es un gran aglutinador social. Si ese monstruo se materializa en rituales en los que arrancas el corazón de la víctima propiciatoria, entonces construyes los cimientos de una pirámide social. Abajo el pueblo y arriba los gobernantes y sacerdotes gestionando el miedo. 

Los españoles cuando llegaron a América no se dedicaron a exterminar indígenas. Fueron extremadamente diligentes exterminando, eso si, todas las estructuras sociales locales. De las religiones locales no queda ninguna. Me pareció muy provocadora e ingenua la pregunta de un mexicano "¿Y si volviésemos a nuestros antiguos dioses?" 

Los dioses se pueden recuperar, pero para eso hace falta un reservorio. Estoy pensando en la reconquista española. El islam avanzó y muchas vírgenes se escondieron para que no cayesen en las manos de los invasores. Cuando se fue recobrando el territorio, las vírgenes aparecieron de sus escondites y se celebró cada una de estas apariciones como un milagro. 

Cuando un dios desaparece del todo y los fieles los sustituyen por otros dioses, ¿Puede recuperarse su culto? Este fenómeno se llama reconstruccionismo religioso, y es parte del movimiento neopagano. Grupos modernos han revivido cultos antiguos como: Ásatrú: culto a los dioses nórdicos como Odín y Thor; helenismo: veneración de los dioses griegos como Zeus, Atenea o Apolo; kemetismo: retorno al culto de los dioses egipcios como Isis, Osiris y Ra o romuva y dievturība: religiones bálticas que reviven tradiciones precristianas. Pero este reconstruccionismo es algo más folclórico que real. La construcción de una religión es un proceso lineal. Siempre hay movimientos de recuperación del espíritu primitivo, pero no implica la desaparición o la recuperación de una religión olvidada. 

Fig. 1. El dios azteca de la guerra y el sol es Huitzilopochtli. Su nombre significa "colibrí zurdo" o "colibrí del sur", y era una de las deidades más importantes para los mexicas. Se le asociaba con el sol, la guerra, el sacrificio y el poder, y era considerado el patrono de la ciudad de Tenochtitlán.

Cuando aquellos dioses temibles desaparecen, desaparecen de los ritos, pero no de las tradiciones orales y poco a poco se van convirtiendo en personajes mitológicos.

Fig. 2. Este mapa, creado por Neil Parkinson de Púca Printhouse en 2023, muestra los monstruos de la mitología de la Península Ibérica.

Las religiones experimentan evolución. Una evolución que va de la mano de las sociedades que las crean. A medida que van las sociedades crean nuevos vínculos y estructuras sociales, las religiones van sintonizándose con los nuevos tiempos. Hay algunas religiones que al tener un carácter étnico se mantienen fieles a principios éticos y morales de textos sagrados fundacionales escritos por ejemplo en la edad de bronce. Esas religiones tratan de no evolucionar para preservar la unidad tribal.

Imaginémonos que un grupo de mexicanos numerosos se convirtiesen al culto de Huitzilopochtli ¿Tendrían que comenzar con sacrificios humanos?  Es ridículo. 

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